Los Andisols, que representan aproximadamente el 6,08% del área de cuencas hidrográficas en la parroquia, son suelos de origen volcánico con alta capacidad de retención de agua y nutrientes debido a su contenido de materia orgánica y arcillas amorfas. Esta fertilidad los hace ideales para cultivos comerciales como café, cacao y hortalizas, contribuyendo significativamente a la economía agrícola local. En contraste, los Inceptisols son el orden de suelo más predominante, cubriendo un 93,83% del área. Estos suelos presentan un desarrollo incipiente de perfiles, con horizontes poco diferenciados, y suelen formarse en zonas afectadas por erosión, sedimentación o depósitos aluviales recientes. Su juventud y variabilidad en propiedades físicas y químicas limitan su uso principalmente a cultivos temporales y pastizales, aunque en algunos casos pueden soportar actividades agrícolas más diversificadas dependiendo de su disponibilidad de nutrientes y agua.

El tipo de clima predominante en la parroquia es el Megatérmico Lluvioso, abarcando la totalidad del área con una extensión de 7.636,46 hectáreas, lo que representa el 100% del territorio. Este tipo de clima se caracteriza por temperaturas cálidas a lo largo de todo el año y una alta precipitación pluvial, lo que genera condiciones óptimas para el desarrollo de una vegetación exuberante y diversa. El clima megatérmico lluvioso influye significativamente en varios aspectos de la parroquia, desde la biodiversidad hasta las actividades humanas. La constante humedad y las altas temperaturas favorecen la presencia de una amplia variedad de especies vegetales y animales, lo que convierte a la parroquia en un ecosistema rico y biodiverso. Sin embargo, esta misma característica climática también puede representar desafíos para la planificación y el desarrollo sostenible, especialmente en términos de gestión de recursos naturales y mitigación de riesgos naturales como inundaciones y deslizamientos de tierra.